jueves, 30 de mayo de 2013

LA OBESIDAD, UN AUTÉNTICO ROMPECABEZAS (2ª PARTE)

      Esa visión reduccionista que trataba de explicar el panorama actual de obesidad y enfermedades metabólicas a través de la dieta, parece a todas luces, demasiado simple como para clarificar todas las intrincadas cuestiones suscitadas en ésta controversia. Es cierto que algo empezó a ocurrir en el siglo pasado, y cierto es también, que Ancel Keys mintió, en aquel famoso informe, al tratar de señalar a las grasas como las culpables del alarmante ascenso, que la obesidad y las ECV comenzaron a experimentar a mediados del siglo XX, pero mucho me temo que el debate "hidratos de carbono versus grasas" promovido desde entonces, no arroja luz sobre éste asunto tan complejo.

     Hemos de entender que ese "algo", ocurrido por aquel entonces, impactó de lleno en nuestra salud...,y no sólo hablamos de la obesidad, sino también de un indeterminado número de enfermedades consecuencias de ella o de etiología totalmente diferente, pero que desde ese momento no han dejado de crecer de manera exponencial.



     ¿Qué es lo que ocurrió?. Creo que todos a éstas alturas empezamos a ver la mano productiva del hombre detrás de los muchos procesos decadentes iniciados en el pasado siglo. Hemos visto como los disruptores endocrinos formados por plásticos, pesticidas y metales pesados, tienen la capacidad de alterar nuestro equilibrio hormonal pudiendo actuar de forma indistinta sobre el embrión (hasta la 8ª semana de gestación), el feto (a partir de la 8ª semana) o incluso en la edad adulta, y en muchos casos no mostrarse esos perjuicios hasta bastantes años más tarde, de hecho daños acaecidos en el desarrollo embrionario podrían no hacerse patentes hasta la madurez de la persona, o incluso ser transmisibles a sus descendientes. El panorama es sombrío, ¿verdad?. Éstas sustancias (generalmente plásticos, derivados, o aditivos empleados en éstos), como pueden ser: DIOXINAS, FURANOS, PLAGUICIDAS (DDT, ENDOSULFÁN, ATRAZINA)PCBS, ALQUIFENOLES, BISFENOLES, FTALATOS, ETC, ETC, ETC, tienen la capacidad de alterar completamente nuestro sistema hormonal y arrastrarnos definitivamente a la enfermedad como forma de vida crónica. Pero ya hubo voces que se levantaron en los años 60, como la de Raquel Carson, una bióloga que escribió numerosos artículos, textos divulgativos y libros como "Primavera Silenciosa" (aquí) donde advertía de la desaparición de varias familias de aves debido al uso del DDT y de la posible repercusión que también podría tener en el hombre. Pero también la de los autores del libro "Nuestro futuro robado" (Aquí en Pdf), escrito por Theo Colborn, Dianne Dumanoski y Pete Myeres, donde se presenta un informe que demuestra la existencia de sustancias química que suplantan a las hormonas naturales alterando los procesos de reproducción y desarrollo. Ya en 1996 Colbron et al. definieron el término disruptor endocrino  como aquellos tóxicos que polucionan el medio ambiente,  así como sustancias contenidas en la dieta que modulan inadecuadamente el sistema neuroendocrino. Éstos agentes interfieren en la acción normal de prácticamente todas las hormonas, incluyendo: andrógenos, estrógenos, progesterona, hormonas tiroideas, hipotalámicas e hipofisarias. 

    Se criticó mucho a Ancel Keys, del daño ocasionado por aquel estudio de mediados de los años 50 (que no digo que no le esté bien empleado por no atenerse a la verdad), pero quizás y puestos a señalar a alguien, por qué no hacerlo con Alexander Parkes que fue el inventor del primer termoplástico en 1862, bueno mejor dejemósle tranquilo, seguro que el no tenía ni idea de la enorme repercusión que ésto iba a acarrear en la salud del ser humano cien años más tarde. Aunque para ser honestos no sólo se trata de plásticos..., la cantidad de sustancias creadas por el ser humano con el fin de hacernos la "vida más agradable" son innumerables, pero las consecuencias para nuestra salud a día de hoy, son en muchos casos desconocidas.

   Actualmente seguimos redundando en los mismos errores del pasado, y no es raro encontrarse noticias como la siguiente: "EUROPA PROHÍBE TRES PESTICIDAS QUE MATAN ABEJAS" (aquí), o tal vez ésta otra: "CONOCIDOS PESTICIDAS MATAN RANAS AL INSTANTE" (aquí), y yo inocentemente me pregunto: ¿ésto no nos afectará a nosotros también?. No trato de frivolizar con un tema tan serio, pero es importante entender lo poco que se ha avanzado en la lucha contra éstos agentes, y en lugar de restringirse siguen proliferando de forma peligrosa y descontrolada como si del incendio de un bosque seco se tratase, pero con la diferencia de que en ésta hoguera, es el ser humano el que arde en las llamas de su pretendida modernidad.

    Es cierto que resulta prácticamente imposible sustraerse de todos los Xenobióticos que existen, pero no por ello hemos de quedarnos de brazos cruzados esperando las secuelas que éstos podrían dejar en nuestra salud. Se puede actuar para limitar el impacto que éstos agentes pueden causar en nuestro organismo, la clave está en recuperar la FLEXIBILIDAD METABÓLICA.

    Hay estudios que determinan que los obesos y la personas con diabetes tipo 2 presentan durante la fase de ayuno un mayor cociente respiratorio (CR), (cociente entre el dióxido de carbono producido y el oxígeno consumido), ésto tiene un significado, y es que éstas personas presentan una menor oxidación de ácidos grasos. Veamos,  cuando CR=0,7 el sustrato que se emplean son las grasas, pero a medida que la cifra va aumentando se produce un progresivo cambio hacia el metabolismo de la glucosa, de tal forma que un CR=1, indica un uso exclusivo de ésta, (Tabla de Lusk).Una vez que el valor es mayor que uno, significa que existe una mayor producción de CO2 que no puede ser compensado como un aumento del consumo de O2, y por tanto estamos entrando en el "umbral anaeróbico", ésto ocurre porque el exceso de iones de hidrógeno (H+) producidos por el metabolismo celular son neutralizados por el bicarbonato, formando ácido carbónico que posteriormente se disocian formando CO2 y H20. Bueno...¿qué tiene que ver todo ésto con la flexibilidad metabólica, la dieta y los diruptores endocrinos?. Lo veremos en el tercer post de ésta saga....

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