jueves, 12 de septiembre de 2013

Bueno los que me leéis habitualmente sabéis la importancia que doy al entrenamiento de moderada a baja intensidad como forma de conseguir la adecuada FLEXIBILIDAD METABÓLICA, de hecho mi "experimento" llevado a cabo en junio, julio y parte de agosto consistió precisamente en eso; ayer en algunos blog se hacían eco de una noticia sobre una investigación que se había llevado a cabo sobre el estilo de vida paleo en la mejora de atletas y donde se puede extraer algunas conclusiones muy interesantes:

-"Presentamos pruebas científicas que apoyan la validez de este modelo. El patrón ancestral al que nos referimos en el estudio se caracteriza, entre otras muchas cuestiones, por la prevalencia de actividades físicas diarias prolongadas y de baja intensidad, intercaladas con esfuerzos periódicos muy intensos de corta duración".

-"Respecto a los deportistas de resistencia, los investigadores destacan que cada vez está más aceptada la mayor efectividad del entrenamiento polarizado, en el que se entrena principalmente a baja intensidad (80%), a pesar de que las demandas competitivas sean a intensidades superiores".

En los siguientes post, (que serán la continuación del que escribí ayer), relataré el tipo de entrenamiento que llevé a cabo, donde con un volumen elevado de trabajo de intensidad baja y moderada, y breves entrenamientos de alta intensidad, conseguí el mejor estado de forma de mi vida. Ahora sigo con ese mismo sistema aunque con alguna modificación. Por todas esas sensaciones obtenidas y los resultados logrados escribí ayer que "el mejorar no quiere decir solucionar, y esto significa revertir la situación hasta el estado previo", es decir, durante éstos últimos años que llevo realizando la paleodieta había logrado grandes mejoras en mi calidad de vida y para mí ésto significaba un cambio cuantitativo muy positivo, pero no había llegado al final de ese túnel del que hablo, todavía me quedaba un gran trayecto que recorrer, y es precisamente el que llevé a cabo en todos éstos últimos meses. La constancia y la voluntad siempre deben ser factores determinantes para lograr los objetivos marcados, pero metas precipitadas pueden abocarnos a un marcado conformismo con la situación alcanzada; eso nos impide seguir intentando ir más lejos, muchos más lejos, progresando hasta revertir totalmente los daños que una alimentación equivocada y/o el exceso de entrenamientos mal planificados han podido generar en nuestro organismo (o por contra, e igual de nocivo que lo anterior, la nula actividad física). Por ese motivo hemos de pagar un peaje, una cuota diaria hasta volver a restablecer ese estado previo del que hablo. Llegar allí es importante y requiere de una constancia y dedicación inquebrantable (esa es nuestra cuota) pero una vez alcanzado o por lo menos aproximados a ese estado originario las cosas serán mucho más fáciles, y no porque se deje de hacer en gran medida lo que se estaba haciendo, sino porque en ese viaje (de vuelta) muchas de las cosas realizadas serán asumidas como una parte íntima de nosotros mismos. El problema no es caminar, el problema es saber a donde caminar. Si pensamos que hemos abierto todas las puertas que se interponen en nuestro recorrido, seguramente muchas se quedarán sin abrir. El llegar a ese retorno y reencontrarnos con nuestras auténticas facultades no nos hará atletas de élite, por supuesto que no, pero todos tenemos una capacidad de mejora casi "infinita", lo que queramos hacer con nuestro mejor momento eso ya es cosa de cada uno, pero de verdad merece la pena el "esfuerzo y el sacrificio" por obtener simplemente lo que nos pertenece: LA SALUD (F.M.)

2 comentarios:

  1. Buenos días Carlos.

    Muy interesante tu reflexión (la de hoy y la de ayer) suelo seguir tus publicaciones.

    Me gustaría comentarte algo que he notado en la practica del deporte.

    Antes decirte que no llevo una dieta estricatamente paleo tomo lácteos (sin azúcares añadidos y nada de desnatados ni light), es decir grasas, proteinas y HC de lenta asimilación; practico ayunos intermitentes, concretamente suelo comer dos veces al día una sobre 16.00-18:00 y otra sobre 21:00, suleo descansar y dormir unas 8 horas.

    Practico deportes: natación (1-2/semana) gym: dominadas, pres banca, biceps macuerna, sentadilla, triceps fondo en altura (1-2/ semana) y MTB una tarde 19:00 y una mañana en el finde más exigente 08:00.

    Todas las practicas las hago en ayunas a excepción de la de la MTB de la tarde 19.00 ese día me noto que rindo mucho menos que cuando salgo el finde por las mañanas.

    Mi pregunta es si esto se debe a que estoy más cansado como resultado del avance normal del día, a que he comido un par de horas antes, a que en esta época hace más calor en ese horario, o a alguna otra causa.

    Un saludo y muchas gracias.

    ResponderEliminar
  2. ¡Hola José Carlos!. En principio, si tu actividad diaria no es puramente física, no deberías tener mayor problema para afrontar ese entrenamiento sin grandes dificultades, por lo que la causa debe ser otra, quizás me inclino más por el horario de la comida previa, demasiado próximo al evento. Prueba a adelantarla por algunas horas más, para que por lo menos tengas 3 ó 4 horas de diferencia entre el final de la misma y el inicio de tu actividad. Prueba, si ves que sigues sin tirar bien, intentaremos buscar otros motivos.

    ¡Un saludo!

    ResponderEliminar